Renacidos del sufrimiento: el bullying en España

Renacidos del sufrimiento: el bullying en España

Los casos de acoso escolar en el país van en aumento y las medidas actuales no mejoran los datos

Las cinco de la tarde de un día soleado de noviembre en la ciudad de Málaga. Rocío, una chica que ha sufrido bullying por parte de sus compañeros de clase, según cuenta, desde primero de la ESO hasta segundo de bachillerato. Una chica alta, rubia y de ojos azules, tiene cicatrices en sus muñecas, dice que estas son las consecuencias de su sufrimiento. Se las tapa de una manera delicada, “me avergüenza salir a la calle y que las vean”. 

Rocío está estudiando para profesora de infantil, ha sufrido mucho a lo largo de su vida por la experiencia vivida en clase. “Durante ese momento solo me apoyaban mis padres”, continúa, “no tenía ningún amigo ni nadie con quien hablar” cuenta Rocío. En ocasiones se le han saltado las lágrimas al recordar esos momentos. Las cicatrices son el símbolo que tendrá de por vida y nunca olvidará el motivo de estas.  

– ¿Cómo te sientes tras todos los años que han pasado desde que te hicieron bullying?  

Las secuelas pienso que se van a quedar para toda la vida, pero poco a poco voy madurando, dándome cuenta de las cosas, cosas que hice mal, y debería haber hecho, pero claramente es algo que no se te olvida en la vida y permanecen para siempre.

«Las secuelas, pienso que se van a quedar para toda la vida»

Rocío, víctima de acoso escolar

El sistema educativo lleva unas medidas antibullying muy escasas y cada vez hay más suicidios en la población joven”, continúa, “pienso que se deberían extender las medidas que aplican los centros escolares contra el bullying”, comenta Rocío.

Ignacio, otra víctima de bullying que reside en Marbella: “Desde tercero de primaria he sufrido de acoso escolar”. La experiencia sufrida en su infancia fue el principal motivo de intentar quitarse la vida en reiteradas ocasiones, según comenta: “Consideré varias veces quitarme la vida”. Sus padres le han dado el apoyo que necesitaba para hacer frente a la situación, sobre todo su madre. “Recuerdo pedirle a mi madre con lágrimas en los ojos cambiarme de colegio», continúa, “ella estuvo peleándose con el director, los profesores, fue un punto de apoyo emocional para mí”.  

«Consideré varias veces quitarme la vida»

Ignacio, víctima de acoso escolar

– ¿Cómo reaccionó la gente de tu entorno ante la situación?  

– Mis amigos se pusieron de perfil, otros seguían siendo amigos míos, pero se apartaban de mi cuando todo empezaba. Mi familia sobre todo fue la que luchó por mí, principalmente mi madre.  

Según comenta Ignacio, el acoso que este sufrió no fue cosa de unos pocos, sino de muchos: “Teníamos una clase de treinta y pico, pues entre dieciocho y diecinueve eran los que se dedicaban a hacer esas cosas”. Según comenta los profesores eran “pasivos” ante la situación, “yo creo que hacen falta más medidas contra el bullying”, comenta Ignacio. 

Los testimonios de ambas víctimas coinciden en lo mismo; las medidas contra el bullying actuales no son suficientes y deben cambiarlas o reforzarlas. 

 Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid del 2023, indica que hay al menos dos víctimas de bullying por aula y un acosador por cada dos aulas en España. Los datos son en proporción a una muestra de 21.000 estudiantes de las 17 comunidades autónomas; que va desde 4º de primaria hasta 4º de la ESO, donde un 6,2% de las víctimas reconocen haber sufrido acoso escolar. 

Fragmento del informe del acoso escolar.

 No solo eso. Los métodos actuales como las redes sociales están causando mella en las nuevas generaciones. Según el estudio, el ciberbullying asciende a un 10,3% de jóvenes que lo sufren. Casi la mitad de las víctimas de bullying admiten haber sufrido maltrato digital, siendo un 46,4%. 

Cuestión académica

Diversas instituciones gubernamentales y centros educativos tratan de luchar contra este tipo de situaciones, intentan concienciar tanto a las familias como a los propios alumnos. Sobre todo, las consecuencias que repercuten en las víctimas como casos de autolesiones, suicidios, etc. 

Entrada al colegio San Juan de Dios La Goleta.

Son las diez de la mañana y el alumnado se encuentra en clase. Dentro del colegio hay un vestíbulo con muchas macetas y un techo abierto donde se puede ver el cielo azul de la mañana, aunque un poco nublado. En ese mismo lugar hay varias puertas, se abre una donde pone “Director”. Sale Mario y da la bienvenida. Una persona amigable que se dedica a la enseñanza desde hace más de 10 años. Un despacho amplio lleno de documentos y justo en la pared donde se encuentra su mesa y ordenador se aprecia un crucifijo de madera.

Mario, director de La Goleta, un colegio concertado, con cursos de infantil, primaria y secundaria. Los profesores se encuentran dando clase, y la secretaria lleva documentos de un lado para otro.

– ¿Qué medidas preventivas tiene el colegio para evitar el bullying? 

– Tenemos unas medidas sobre el alumnado con charlas de organismos públicos y privados para concienciar a los jóvenes sobre el acoso escolar. El profesorado recibe formación privada por parte del orientador del colegio sobre cómo actuar y explicar el protocolo a seguir en estos casos. 

Durante las preguntas no se detalla el protocolo a seguir por el organismo, aunque explica que los profesores tienen un papel de “detectores” en los casos de acoso escolar. Observan si hay “variaciones” en el comportamiento de los alumnos. Comenta Mario: “Los profesores tienen que estar muy atentos a los comportamientos del alumnado y sus variaciones, como peleas o enfrentamientos entre ellos”. 

Según Mario: “El protocolo de la Junta de Andalucía sobre el acoso escolar está muy bien en el caso de los alumnos y el colegio”, continúa, “quizás hay que formar mucho más a la familia en conocer el bullying, la prevención y que sus hijos sepan qué hacer frente a estas situaciones”.

Estas explicaciones chocan con las palabras de Ignacio, quien detalla: “Las medidas antibullying tratan de concienciar a los padres, pero mi madre, por ejemplo, ya estaba muy concienciada de lo que me pasaba. Pienso que se deben centrar más en los niños y no se está haciendo lo suficiente”. 

Según un artículo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), explica que, tanto escuelas como políticos deben establecer unas “medidas claras” y mecanismos de “denuncia” accesibles. Además, el papel de los docentes consiste en detectar y prevenir cualquier tipo de violencia física o psicológica.

Problemas psicológicos

Entrevista a Guadalupe, psicóloga y colaboradora del teléfono de la esperanza

«Pueden desarrollar con más facilidad trastornos de ansiedad o depresivos, además de perder la confianza en uno mismo y provocar conductas autolesivas”, dice Guadalupe. «Las conductas suicidas no es que la persona quiera morir. Una conducta suicida lo que indica es que la persona tiene un sufrimiento tan intenso que no ve otra salida” comenta.

Según un artículo de la ONG Save the Children, en 2020 se suicidaron 61 niños/as y adolescentes. El artículo describe que las víctimas de bullying tienen un 2,23% de veces más riesgo de tener ideas suicidas; y un 2,55% de veces más riesgo de intentar suicidarse que aquellos que no han sufrido de acoso escolar.

«Una conducta suicida lo que indica es que la persona tiene un sufrimiento tan grande que no ve otra salida»

Guadalupe, psicóloga

Las víctimas de bullying han pasado por momentos duros. Muchas familias caen en la desgracia de perder a sus hijos al no aguantar la presión que estos vivían en clase. Otros lograron salir de ello, pero con marcas que les dejarán para siempre el recuerdo de lo sufrido, algunas físicas y otras psicológicas. Han empezado a vivir de nuevo, como si hubiesen renacido de su sufrimiento.

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